Análisis:
En este artículo se hablara principalmente de la revisión del concepto de
globalización desde su perspectiva filosófica y social rastreando sus orígenes
a las condiciones de emergencia del capitalismo internacional, a fin de
puntualizar el contexto de aparición de las nuevas tecnologías de comunicación.
Como se decía anteriormente la globalización ha traído consigo nuevas
formas de relación entre los diversos grupos, la tecnología ha acelerado de
algunos procesos. Lo fundamental en esto es demostrar, por un lado, que la
globalización ha roto con algunos paradigmas esenciales en la conformación de
las identidades individuales y colectivas.
Globalización:
Hoy en día todo el
mundo habla de fenómenos globales, o de globalización, sin embargo, se hace muy
poca referencia a sus orígenes, que son desde luego económicos. De hecho, la
globalizaciones en su esencia una noción articuladora de fenómenos relativos a
la interconexión de economías.
Si el propósito es
entender las implicaciones de la globalización o los fenómenos de la
globalidad, primero tenemos que entender que la globalización emerge por una
necesidad de vinculación económica. Ya sea que sean los Estados nacionales, que
como parte de una definición expresa de sus políticas públicas decidan abrir
sus fronteras al intercambio, o bien que los propios consumidores sean quienes
hagan presión por tener acceso a un cúmulo de bienes y servicios de índole
global. Y es que en términos de los consumidores, estar globalizado significa
tener la condición de acceso irrestricto a bienes y servicios de naturaleza
diversa para el consumo mundial.
Estar globalizado;
Significa interesarse
por conocer lo que hay más allá de lo conocido, vincularse con el exterior, recibir
información de fuera de las fronteras regulares de una nación y adoptarla o
adaptarse a ella.
Por tanto, podemos decir
que la globalización ha existido desde el momento en que se amplían las fronteras
conocidas en un determinado período histórico.
Ahora bien, la
globalización implica también los riesgos de la transferencia de la
información. La información puede servir al desarrollo pero también puede
servir a la manipulación.
La tecnología permite
no solo llevar nuevos bienes y servicios a latitudes diversas sino también información.
En la sociedad de la información, el nuevo valor de cambio y de intercambio es
la información misma.
La globalización
entonces no nació en la década de los años ochenta del siglo XX, como muchos piensan,
sino que la globalización se ha manifestado como fenómeno cada vez que la tecnología faculta algún nuevo invento o descubrimiento
que conecta o genera nuevas posibilidades de relación y de mundo.
La globalización como
fenómeno.
La globalización
entonces, como el fenómeno de apertura de fronteras y liberalización de mercados
que ahora conocemos, no implica una concepción económico-política nueva o
privativa de este siglo, puesto que en realidad se refiere a fenómenos de flujo
de capital de inversión de un país en otro que ya se venían gestando desde
siglos anteriores. Tampoco es privativa de los fenómenos de
transnacionalización, pues ya se habían dado fenómenos de transnacionalización durante
las eras tempranas de la industrialización de la Inglaterra del siglo XVIII.
Ahora bien, el
discurso de la globalidad siempre ha estado anclado en la retórica de las
naciones poderosas que son las que establecen los parámetros de modernidad,
progreso y desarrollo imperantes en cada época como en su momento lo fueron
Inglaterra o España. Hoy, la potencia industrial, comercial, económica y
militar dominante de occidente se encuentra representada por el discurso
norteamericano. Pero ése discurso como representativo de la globalidad, se
cimbró el 11 de septiembre del 2001. Con la caída de las Torres Gemelas
representa la caída de los modos de vida propios de la modernidad y del
capitalismo y lo interesante es que fue la tecnología la que desencadenó todo
el proceso.
Tecnología y poder.
Algunos consideran
que la globalización moderna ha reemplazado al mundo bipolar. En este caso, se
trata de un sistema internacional similar al que se tenía para el control del
mundo durante la Guerra Fría, pero posee atributos propios.
Touraine ha indicado
recientemente por ejemplo, que los grandes hitos ideológicos parecen ser ahora
los Estados Unidos, China y el mundo Islámico, mientras que Europa y América
Latina se han quedado a la zaga en la definición de sus propios proyectos.
(Touraine en Bucio, 2005). Las grandes colectividades humanas se encuentran más
conectadas gracias a la tecnología, pero son aparentemente más incapaces de
llegar a acuerdos. La ideología imperante, que en mucho es la ideología de la
globalización, es la ideología de una aparente individualidad que privilegia
los intereses privados por sobre los intereses colectivos.
¿Esto qué quiere
decir?
Quiere decir que la
globalización no es una fuerza irrenunciable.
La tecnología permite
y faculta la emergencia de nuevas identidades.
La tecnología permite
y faculta la emergencia y el desarrollo de nuevas identidades, y las nuevas
identidades ya no reconocen patrias, ni territorios. La tecnología es pues la
nueva arena de relación de los sujetos. Tenemos que estar muy atentos a la
forma en que estas nuevas arenas de relación también expresan deseos y generan
lealtades. Hemos llegado a un punto en la historia en el cual hemos
transformado el sentido de lo local en mundo y del mundo en lo local. A ciencia
cierta no sabemos si estamos viviendo el imaginario de la globalidad, o bien si
a resultas de la globalidad estamos compartiendo el mismo imaginario social a
nivel planetario. El individuo que, en su devenir cotidiano se inserta en la tecnología,
comparte a la vez que contribuye con esta actividad al común denominador de la
cultura.
Información.
Por primera vez en la
historia de la humanidad tenemos la posibilidad no solamente de enviar información
a grandes distancias, sino también de trabajar con esa información y volverla
conocimiento, como si fuésemos una gran red cognitiva global.
En realidad, el
cambio de paradigma comienza aquí. Es el momento de empezar a trabajar nuestros
propios marcos teóricos, nuestras propias soluciones regionales, nuestros
propios productos culturales. Tenemos la tecnología y la capacidad. Entonces
¿por qué copiar lo de otros?
La innovación
tecnológica nos recuerda entonces nuestro propio sentido permanente de evolución
y cambio pero también de mejora. Se puede cambiar pero para involucionar, no
para evolucionar.
Globalidad y
tecnología. ¿Hacia la sociedad del conocimiento?
En la sociedad de la
información, lo importante ya no es la información, sino el conocimiento. Pues bien, hemos
llegado nuevamente a la misma situación, nada más que la información que hemos
acumulado es sustancialmente mayor, y la tecnología que hemos creado es en sí
misma el arma que puede destruir toda la información acumulada hasta ahora.
Somos informáticamente vulnerables, y así como en la época de Alejandría, el
riesgo en la pérdida de información es perder todo lo conocido hasta ahora.
Datos a tener en cuenta:
•La
globalización es un hecho, diría la lógica de los imaginarios globales, en la
medida en que todos podemos estar al unísono interconectados en una gran red de
comunicación.
•Hoy
en día la tecnología nos permite tener al alcance más información que nunca antes
en la historia de la humanidad, pero la información por sí sola no genera
evolución o progreso.
Por ello, las sociedades humanas necesitan
revisar el camino recorrido hasta este momento, deben hacer una evaluación de
los alcances logrados por la tecnología con el fin de transitar, efectivamente,
de una sociedad de la información a una sociedad del conocimiento
Las comunidades culturales.
Las nuevas
comunidades culturales de conocimiento en la era electrónica no solamente
producen y crean ya códigos de interrelación y comunicación propios, sino que
también se alimentan de un repertorio de comunicación global que trasciende las
fronteras y que circula por circuitos varios de comunicación a distintos
niveles y a través de distintos medios. Esas son las redes de comunicación que
tenemos que alimentar y que cuidar, las que verdaderamente logren el progreso y
el desarrollo humano. Así, no obstante la aparente estandarización de los
contenidos mediáticos que circulan a través de las grandes estructuras globales
de la comunicación, en la actualidad también aparecen formas tradicionales de
expresión y articulación de vivencias que se ponen de manifiesto como contrapeso
a las corrientes uniformizadoras y que circulan a través de los mismos
entramados tecnológicos.
Nos encontramos
rodeados por mensajes cada vez más numerosos que circulan con creciente rapidez,
amplían nuestra visión del mundo y nos obligan a aumentar nuestros
conocimientos y a modificar nuestros sistemas de interpretación.
Con esto finalizamos
todo este proceso sobre la globalización y tecnologías de la comunicación que
nos interesaba conocer para tener un panorama más amplio sobre ello.
Elaboró: Francisco Javier Marín Lucero.
Licenciatura. Farmacia.
Matrícula.201450794.
Materia. DHTIC.
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